Técnico
El paradigma técnico
racional o racional tecnológico tiene su fundamento sociológico en la corriente
denominada Positivismo del siglo XIX. Según éste, la realidad existe fuera del
sujeto cognoscente; es decir, la realidad está determinada, y es objetivable,
cuantificable y verificable. El sujeto por tanto, adopta una postura de
distancia respecto al objeto a conocer, lo que permite la neutralidad y
objetividad del conocimiento.
En el ámbito educativo,
bajo este paradigma los procesos de enseñanza son racionalizados. La enseñanza
se entiende como algo cuantificable, medible. Lo principal es la consecución de
unos resultados/objetivos previamente establecidos en torno a los que se
orienta todo el currículum (rígido y descontextualizado); es decir, la
planificación del currículum no es otra cosa que la planificación de los medios
idóneos para alcanzar los objetivos. Teniendo en cuenta los objetivos, se lleva
a cabo una metódica programación de las actividades y recursos que harán
posible el aprendizaje, así como del sistema de evaluación. Así pues, el alumno,
siguiendo las pautas y actividades que le marca el profesor, adquiere un
conjunto de respuestas, calificadas de objetivas y verídicas. La evaluación se convierte en un sistema de control
que permite determinar en qué medida el alumno ha alcanzado los objetivos
previstos. En
cuanto al profesor, este es un mero técnico cuya función se limita a reproducir
un currículum programado por otro.
Como es de esperar, esta teoría ha recibido
numerosas críticas, como las que vemos en estas citas:
·
“Separa el diseñador del currículum de
sus realizadores, los profesores, convirtiéndolos en consumidores de los
productos de otros” (Carr, 1989).
·
“La enseñanza se convierte en un proceso
industrial” (Carr, 1989), pues está encaminada a la consecución de unos
resultados”.
·
“Los alumnos se conciben como “materia
prima que ha de ser moldeada hasta lograr un producto previamente definido”
(Carr,1989).
·
Schwab, (1983) por su parte, señala:
Ø La fragmentación
del pensamiento curricular que conlleva.
Ø Una
visión pobre de la naturaleza de la educación.
Ø Ignora
el papel cultural del currículo.
Teniendo en cuenta que
el ámbito educativo es un reflejo de la sociedad, los cambios en ésta,
conllevan cambios en aquél; de manera que conforme la sociedad ha ido evolucionando, los paradigmas
educativos también han ido sufriendo cambios, así pues, los actuales son una
evolución y mejora de los anteriores. Teniendo en cuenta esto, considero que a
día de hoy el paradigma técnico racional es el menos apropiado en el ámbito
educativo, pues, como sabemos, lo que debe primar en la educación es un
aprendizaje flexible, dialogado, participativo, innovador, que permita al
alumno socializarse, emanciparse y crearse un juicio crítico. La educación
actual debe tener en cuenta los ritmos de aprendizaje del alumno y el proceso
de adquisición, y no tanto resultados cuantitativos que, en el fondo, no son un
indicativo real de que se haya producido un correcto aprendizaje. Asimismo,
considero inviable este paradigma especialmente por lo que respecta al
currículum, pues al ser realizado por otra persona que no es el profesor, esta
descontextualizado, es decir, no tiene en cuenta las particularidades de los
alumnos de un aula concreta. Lo ideal es que sea el propio profesor el que
lleve a cabo dicho currículum, adaptándolo a su aula, a los ritmos de aprendizaje
y otras particularidades de sus alumnos y enfocándolo al contexto social en que
se encuentran.
CARR, W. (1989): “Prólogo”
En ROZADA, J. Mª., CASCANETE, C y ARRIETA, J.: Desarrollo Curricular y
Formación de Profesorado. Cyan. Gijón.
SCHWAB, J. (1983): “Un
enfoque práctico como lenguaje para el currículum”. En GIMENO y PEREZ,
A.I.: La enseñanza: su teoría y su práctica. Akal. Madrid.
Con este paradigma la
escuela, incluyendo en el término a niños desde educación infantil hasta la
universidad, está concebida como una creación social, en la que las personas
que la forman se interrelacionan, manteniendo así cultura, valores, creencias…comunes,
ayudando a fomentarlos.
Así lo más interesante
pasan a ser las acciones sociales, las realidades, que no tienen una única
interpretación, hay distintas posibilidades, hipótesis que tenemos que conocer
y comprender para demostrarlas a posteriori. Esta realidad es dinámica, dándole
énfasis al papel del alumno, se valora aquí el autoaprendizaje, la formación de
un juicio crítico…Para ello el maestro, o profesor en nuestro caso, tendrá que
ser un guía, alguien que les motive, active su mente para obtener
razonamientos, respuestas…y esté presente en este proceso.
Está claro que el
profesor tiene una planificación ya hecha, pero con este paradigma en ocasiones
es un mero observador, la relación que se da en este tipo de paradigma es bidireccional,
tanto los alumnos aprenden del profesor, como el profesor de los alumnos.
Necesitamos poner en
contacto la teoría y la práctica, no desvincularlas, para llegar al
conocimiento o a comprender una realidad. Como ya hemos dicho no hay una sola verdad,
hay que descubrir las distintas formas de resolver los problemas dentro de un
contexto. Para ello es de gran importancia la participación del alumnado.
Como no podía faltar en
ningún sistema educativo, aquí también es necesaria una evaluación, pero en este
caso es como mero seguimiento de esta participación de la que hablaba antes,
para ver como los razonamientos y por tanto el autoaprendizaje se ha llevado a
cabo.
Según autores como
Bolman y Deal las bases que sustentan este paradigma tienen que ver con el
significado y las interpretaciones que se hacen de ese suceso que nos
proponemos investigar. Muchas veces los sucesos son muy ambiguos y el
razonamiento individual no puede llegar a darle solución.
Sabiendo esto podemos
ver que con la participación y colaboración del alumnado, que con cada uno de
sus procesos de razonamiento aportará unas perspectivas e ideas, sí se puede
ver el autoaprendizaje que se busca, llegando a resolver problemas dentro de un
determinado contexto.
El problema es que este
paradigma al no llegar a una verdad absoluta que hay que inculcar al alumnado
no es bien visto por algunos autores. Entre ellos se encuentran Carr.W y
Kemmis.S que alegan que con este paradigma no hay un verdadero interés en
conocer la realidad para cambiarla, siendo el profesor un mero espectador de un
proceso de razonamiento que no llega a una verdad absoluta, única.
Pero ¿no se ha dicho
siempre que en la variedad está el gusto?, ¿por qué tenemos que centrarnos en
ser profesores que dan clases magistrales?, ¿eres profesor y ya por eso crees
que lo sabes todo?, ¿qué tus verdades son absolutas, fiables y son las que hay
que inculcar al alumnado?, ¿qué no puedes aprender nada de este colectivo?
Creo que los profesores
no deben pensar que su conocimiento es el más correcto y que no hay otras
posibilidades. Defiendo este paradigma por verlo el más idóneo, creo que la participación
del alumnado es de vital importancia para que la educación no quede obsoleta, ¿quién
ha dicho que solo hay una forma de ver las cosas?
Durante toda nuestra educación
hemos tenido que memorizar gran cantidad de datos para luego soltarlos en un
examen que evaluaba si habíamos adquirido el conocimiento que se nos exigía o
no. Como todos sabréis aprender de memoria no servía de nada, puesto que la
mayoría de ese conocimiento lo perdíamos al día siguiente.
Con este paradigma
motivador para el alumnado, la forma de adquirir el conocimiento es
completamente distinta, mucho más dinámica. Todos colaboran para crear ese
conocimiento, el profesor es un guía que los orienta, aporta retos,
experiencias, posibilidades, hipótesis…al igual que los alumnos.
La relación
profesor-alumno por lo tanto es más cercana, no por esto el profesor pierde el
respeto, al contrario, al cambiar el sistema tradicional al que están
acostumbrados los alumnos y ser más innovador, es más querido por este
colectivo.
Comparto todas las
ideas que integran este paradigma, como ya he dicho, toda su estructura me
parece positiva, pero hay algo que no me parece lógico. Al parecer el profesor
que sigue este paradigma está muy comprometido con su clase, motiva al alumnado…pero
para nada participa en las actividades del centro. Esto me parece ilógico, ya
que un profesor cercano con el alumnado es el que debería estar también más
comprometido con las actividades que se realizan fuera de su clase. Si cambiásemos
este “pequeño detalle” creo que sería el paradigma ideal para comenzar la renovación
del sistema educativo.
Cardona Andújar, J., 2008. Paradigmas y modelos en la formación del profesorado(II). Página web http://funcionpedagogica.blogspot.com.es/2008/12/7-paradigmas-y-modelos-en-la-formacin.html [28/11/14]
Ecológico
El paradigma ecológico se fundamenta en proyectar los principios de la educación sobre las bases de la consciencia ecológica. Las escuela representa un ecosistema y se expresa como una interrelación de las diferentes entidades organizativas que la forman.
Esta perspectiva es integradora y reelabora los principios socio-educativos desde una revisión de la realidad cultural, la relación con el entorno a todos sus niveles y las formas de adaptación de los individuos en su contexto. Con ello, se pretenden objetivos de índole educacional, socializadores, orientadores y culturizadores. Sin embargo, así mismo, se sustrae cierta complejidad de este paradigma, y de la visión de la escuela como espacio formativo.
De este modo, la escuela es considerada un mesosistema para el desarrollo humano, con microsistemas asociados, denominados "aulas". Estos ecosistemas a la vez entran en contacto, intercambian y se relacionan de forma directa e indirecta con otros sistemas como la familia o constructos socio-políticos de mayor envergadura.
Todos los elementos de la comunidad educativa, por tanto, se relacionan de forma orgánica. Entre ellos, están los alumnos, profesores, padres y la comunidad local. Su acercamiento posee una estructura holística en un ambiente que abarca la cultura institucional y el ambiente externo, tocando incluso los aspectos socio-económicos de la vida educativa.
De esta forma se plantea un curriculum asequible y colaborativo con el espacio cultural, el cual, actúa como canalizador de iniciativas, proyectos, el enriquecimiento y la transformación escolar. Esta visión holística, compleja e interdependiente resulta de la concepción de una escuela como unidad coparticipativa.
A un nivel de aula, este paradigma estudia las situaciones de enseñanza-aprendizaje y sus formas de respuesta. El profesor posee un carácter técnico-crítico, convirtiéndose en un impulsor de interacciones, expectativas, generando un ambiente de aprendizaje. Así, se debe entender la escuela como un lugar de vivencias, expectativas, experiencias y recreación la la cultura desde un punto de vista crítico
Personalmente, considero que cualquier enfoque nuevo, tanto organizativo como educacional, es positivo frente a los anacronismos anteriores. Sin embargo, parece que este paradigma posee menos definición en cuanto a métodos y procedimientos. Y quizá, no he llegado a contemplar un enfoque pedagógico claro. Sin embargo, la organización ecosistémica me parece integradora, inteligente y al menos, mucho más democrática que las perspectivas anteriores.
Cardona Andújar, J., 2008. Paradigmas y modelos en la formación del profesorado(II). Página web http://funcionpedagogica.blogspot.com.es/2008/12/7-paradigmas-y-modelos-en-la-formacin.html [28/11/14]
Ecológico
El paradigma ecológico se fundamenta en proyectar los principios de la educación sobre las bases de la consciencia ecológica. Las escuela representa un ecosistema y se expresa como una interrelación de las diferentes entidades organizativas que la forman.
Esta perspectiva es integradora y reelabora los principios socio-educativos desde una revisión de la realidad cultural, la relación con el entorno a todos sus niveles y las formas de adaptación de los individuos en su contexto. Con ello, se pretenden objetivos de índole educacional, socializadores, orientadores y culturizadores. Sin embargo, así mismo, se sustrae cierta complejidad de este paradigma, y de la visión de la escuela como espacio formativo.
De este modo, la escuela es considerada un mesosistema para el desarrollo humano, con microsistemas asociados, denominados "aulas". Estos ecosistemas a la vez entran en contacto, intercambian y se relacionan de forma directa e indirecta con otros sistemas como la familia o constructos socio-políticos de mayor envergadura.
Todos los elementos de la comunidad educativa, por tanto, se relacionan de forma orgánica. Entre ellos, están los alumnos, profesores, padres y la comunidad local. Su acercamiento posee una estructura holística en un ambiente que abarca la cultura institucional y el ambiente externo, tocando incluso los aspectos socio-económicos de la vida educativa.
De esta forma se plantea un curriculum asequible y colaborativo con el espacio cultural, el cual, actúa como canalizador de iniciativas, proyectos, el enriquecimiento y la transformación escolar. Esta visión holística, compleja e interdependiente resulta de la concepción de una escuela como unidad coparticipativa.
A un nivel de aula, este paradigma estudia las situaciones de enseñanza-aprendizaje y sus formas de respuesta. El profesor posee un carácter técnico-crítico, convirtiéndose en un impulsor de interacciones, expectativas, generando un ambiente de aprendizaje. Así, se debe entender la escuela como un lugar de vivencias, expectativas, experiencias y recreación la la cultura desde un punto de vista crítico
Personalmente, considero que cualquier enfoque nuevo, tanto organizativo como educacional, es positivo frente a los anacronismos anteriores. Sin embargo, parece que este paradigma posee menos definición en cuanto a métodos y procedimientos. Y quizá, no he llegado a contemplar un enfoque pedagógico claro. Sin embargo, la organización ecosistémica me parece integradora, inteligente y al menos, mucho más democrática que las perspectivas anteriores.
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