martes, 18 de noviembre de 2014

Paradigmas

Técnico 

El paradigma técnico racional o racional tecnológico tiene su fundamento sociológico en la corriente denominada Positivismo del siglo XIX. Según éste, la realidad existe fuera del sujeto cognoscente; es decir, la realidad está determinada, y es objetivable, cuantificable y verificable. El sujeto por tanto, adopta una postura de distancia respecto al objeto a conocer, lo que permite la neutralidad y objetividad del conocimiento.

En el ámbito educativo, bajo este paradigma los procesos de enseñanza son racionalizados. La enseñanza se entiende como algo cuantificable, medible. Lo principal es la consecución de unos resultados/objetivos previamente establecidos en torno a los que se orienta todo el currículum (rígido y descontextualizado); es decir, la planificación del currículum no es otra cosa que la planificación de los medios idóneos para alcanzar los objetivos. Teniendo en cuenta los objetivos, se lleva a cabo una metódica programación de las actividades y recursos que harán posible el aprendizaje, así como del sistema de evaluación. Así pues, el alumno, siguiendo las pautas y actividades que le marca el profesor, adquiere un conjunto de respuestas, calificadas de objetivas y verídicas. La evaluación se convierte en un sistema de control que permite determinar en qué medida el alumno ha alcanzado los objetivos previstos. En cuanto al profesor, este es un mero técnico cuya función se limita a reproducir un currículum programado por otro.

Como es de esperar, esta teoría ha recibido numerosas críticas, como las que vemos en estas citas:

·         “Separa el diseñador del currículum de sus realizadores, los profesores, convirtiéndolos en consumidores de los productos de otros” (Carr, 1989).

·         “La enseñanza se convierte en un proceso industrial” (Carr, 1989), pues está encaminada a la consecución de unos resultados”.

·         “Los alumnos se conciben como “materia prima que ha de ser moldeada hasta lograr un producto previamente definido” (Carr,1989).

·         Schwab, (1983) por su parte, señala:

Ø  La fragmentación del pensamiento curricular que conlleva.
Ø  Una visión pobre de la naturaleza de la educación.
Ø  Ignora el papel cultural del currículo.


Teniendo en cuenta que el ámbito educativo es un reflejo de la sociedad, los cambios en ésta, conllevan cambios en aquél; de manera que conforme la sociedad  ha ido evolucionando, los paradigmas educativos también han ido sufriendo cambios, así pues, los actuales son una evolución y mejora de los anteriores. Teniendo en cuenta esto, considero que a día de hoy el paradigma técnico racional es el menos apropiado en el ámbito educativo, pues, como sabemos, lo que debe primar en la educación es un aprendizaje flexible, dialogado,  participativo, innovador, que permita al alumno socializarse, emanciparse y crearse un juicio crítico. La educación actual debe tener en cuenta los ritmos de aprendizaje del alumno y el proceso de adquisición, y no tanto resultados cuantitativos que, en el fondo, no son un indicativo real de que se haya producido un correcto aprendizaje. Asimismo, considero inviable este paradigma especialmente por lo que respecta al currículum, pues al ser realizado por otra persona que no es el profesor, esta descontextualizado, es decir, no tiene en cuenta las particularidades de los alumnos de un aula concreta. Lo ideal es que sea el propio profesor el que lleve a cabo dicho currículum, adaptándolo a su aula, a los ritmos de aprendizaje y otras particularidades de sus alumnos y enfocándolo al contexto social en que se encuentran.


CARR, W. (1989): “Prólogo” En ROZADA, J. Mª., CASCANETE, C y ARRIETA, J.: Desarrollo Curricular y Formación de Profesorado. Cyan. Gijón.


SCHWAB, J. (1983): “Un enfoque práctico como lenguaje para el currículum”. En GIMENO y PEREZ, A.I.: La enseñanza: su teoría y su práctica. Akal. Madrid.

Interpretativo-simbólico

Con este paradigma la escuela, incluyendo en el término a niños desde educación infantil hasta la universidad, está concebida como una creación social, en la que las personas que la forman se interrelacionan, manteniendo así cultura, valores, creencias…comunes, ayudando a fomentarlos.

Así lo más interesante pasan a ser las acciones sociales, las realidades, que no tienen una única interpretación, hay distintas posibilidades, hipótesis que tenemos que conocer y comprender para demostrarlas a posteriori. Esta realidad es dinámica, dándole énfasis al papel del alumno, se valora aquí el autoaprendizaje, la formación de un juicio crítico…Para ello el maestro, o profesor en nuestro caso, tendrá que ser un guía, alguien que les motive, active su mente para obtener razonamientos, respuestas…y esté presente en este proceso.

Está claro que el profesor tiene una planificación ya hecha, pero con este paradigma en ocasiones es un mero observador, la relación que se da en este tipo de paradigma es bidireccional, tanto los alumnos aprenden del profesor, como el profesor de los alumnos.

Necesitamos poner en contacto la teoría y la práctica, no desvincularlas, para llegar al conocimiento o a comprender una realidad. Como ya hemos dicho no hay una sola verdad, hay que descubrir las distintas formas de resolver los problemas dentro de un contexto. Para ello es de gran importancia la participación del alumnado.

Como no podía faltar en ningún sistema educativo, aquí también es necesaria una evaluación, pero en este caso es como mero seguimiento de esta participación de la que hablaba antes, para ver como los razonamientos y por tanto el autoaprendizaje se ha llevado a cabo.

Según autores como Bolman y Deal las bases que sustentan este paradigma tienen que ver con el significado y las interpretaciones que se hacen de ese suceso que nos proponemos investigar. Muchas veces los sucesos son muy ambiguos y el razonamiento individual no puede llegar a darle solución.

Sabiendo esto podemos ver que con la participación y colaboración del alumnado, que con cada uno de sus procesos de razonamiento aportará unas perspectivas e ideas, sí se puede ver el autoaprendizaje que se busca, llegando a resolver problemas dentro de un determinado contexto.

El problema es que este paradigma al no llegar a una verdad absoluta que hay que inculcar al alumnado no es bien visto por algunos autores. Entre ellos se encuentran Carr.W y Kemmis.S que alegan que con este paradigma no hay un verdadero interés en conocer la realidad para cambiarla, siendo el profesor un mero espectador de un proceso de razonamiento que no llega a una verdad absoluta, única.

Pero ¿no se ha dicho siempre que en la variedad está el gusto?, ¿por qué tenemos que centrarnos en ser profesores que dan clases magistrales?, ¿eres profesor y ya por eso crees que lo sabes todo?, ¿qué tus verdades son absolutas, fiables y son las que hay que inculcar al alumnado?, ¿qué no puedes aprender nada de este colectivo?

Creo que los profesores no deben pensar que su conocimiento es el más correcto y que no hay otras posibilidades. Defiendo este paradigma por verlo el más idóneo, creo que la participación del alumnado es de vital importancia para que la educación no quede obsoleta, ¿quién ha dicho que solo hay una forma de ver las cosas?

Durante toda nuestra educación hemos tenido que memorizar gran cantidad de datos para luego soltarlos en un examen que evaluaba si habíamos adquirido el conocimiento que se nos exigía o no. Como todos sabréis aprender de memoria no servía de nada, puesto que la mayoría de ese conocimiento lo perdíamos al día siguiente.

Con este paradigma motivador para el alumnado, la forma de adquirir el conocimiento es completamente distinta, mucho más dinámica. Todos colaboran para crear ese conocimiento, el profesor es un guía que los orienta, aporta retos, experiencias, posibilidades, hipótesis…al igual que los alumnos.

La relación profesor-alumno por lo tanto es más cercana, no por esto el profesor pierde el respeto, al contrario, al cambiar el sistema tradicional al que están acostumbrados los alumnos y ser más innovador, es más querido por este colectivo.

Comparto todas las ideas que integran este paradigma, como ya he dicho, toda su estructura me parece positiva, pero hay algo que no me parece lógico. Al parecer el profesor que sigue este paradigma está muy comprometido con su clase, motiva al alumnado…pero para nada participa en las actividades del centro. Esto me parece ilógico, ya que un profesor cercano con el alumnado es el que debería estar también más comprometido con las actividades que se realizan fuera de su clase. Si cambiásemos este “pequeño detalle” creo que sería el paradigma ideal para comenzar la renovación del sistema educativo.

Cardona Andújar, J., 2008. Paradigmas y modelos en la formación del profesorado(II). Página web http://funcionpedagogica.blogspot.com.es/2008/12/7-paradigmas-y-modelos-en-la-formacin.html [28/11/14]

Ecológico

El paradigma ecológico se fundamenta en proyectar los principios de la educación sobre las bases de la consciencia ecológica. Las escuela representa un ecosistema y se expresa como una interrelación de las diferentes entidades organizativas que la forman.

Esta perspectiva es integradora y reelabora los principios socio-educativos desde una revisión de la realidad cultural, la relación con el entorno a todos sus niveles y las formas de adaptación de los individuos en su contexto. Con ello, se pretenden objetivos de índole educacional, socializadores, orientadores y culturizadores. Sin embargo, así mismo, se sustrae cierta complejidad de este paradigma, y de la visión de la escuela como espacio formativo.

De este modo, la escuela es considerada un mesosistema para el desarrollo humano, con microsistemas asociados, denominados "aulas". Estos ecosistemas a la vez entran en contacto, intercambian y se relacionan de forma directa e indirecta con otros sistemas como la familia o constructos socio-políticos de mayor envergadura.

Todos los elementos de la comunidad educativa, por tanto, se relacionan de forma orgánica. Entre ellos, están los alumnos, profesores, padres y la comunidad local. Su acercamiento posee una estructura holística en un ambiente que abarca la cultura institucional y el ambiente externo, tocando incluso los aspectos socio-económicos de la vida educativa.

De esta forma se plantea un curriculum asequible y colaborativo con el espacio cultural, el cual, actúa como canalizador de iniciativas, proyectos, el enriquecimiento y la transformación escolar. Esta visión holística, compleja e interdependiente resulta de la concepción de una escuela como unidad coparticipativa.

A un nivel de aula, este paradigma estudia las situaciones de enseñanza-aprendizaje y sus formas de respuesta. El profesor posee un carácter técnico-crítico, convirtiéndose en un impulsor de interacciones, expectativas, generando un ambiente de aprendizaje. Así, se debe entender la escuela como un lugar de vivencias, expectativas, experiencias y recreación la la cultura desde un punto de vista crítico

Personalmente, considero que cualquier enfoque nuevo, tanto organizativo como educacional, es positivo frente a los anacronismos anteriores. Sin embargo, parece que este paradigma posee menos definición en cuanto a métodos y procedimientos. Y quizá, no he llegado a contemplar un enfoque pedagógico claro. Sin embargo, la organización ecosistémica me parece integradora, inteligente y al menos, mucho más democrática que las perspectivas anteriores.


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