martes, 25 de noviembre de 2014

Pensar en una escuela inclusiva

Comentarios sobre el artículo de Manuel Vazquez Uceda.

¿Qué es una escuela inclusiva? Podemos definir escuela inclusiva como aquel esquema educativo que pretende ofrecer al alumnado una educación de calidad para el desarrollo completo de todas sus potencialidades.

En lo referido a la escuela actual, existe cierta rigidez estructural. Y sin embargo, ofrecemos una educación estandarizada para un conjunto de alumnos muy diverso. Por tanto, un modelo de escuela homogénea no participa de la idea de una escuela inclusiva.

Para poder materializar el cambio, es necesario el abandono de de la cultura docente individualista. Una escuela inclusiva exige traspasar los muros del aula y la jurisdicción establecida. Es la creación de un modelo de cooperación docente. Se pueden compartir dos docentes por aula, crear comisiones de trabajo y realizar proyectos que incluyan a toda la comunidad educativa.

Un orientador/a puede y debe, conocer estrategias de enseñanza que se amolden a diferentes tipologías de aprendizaje, habilidades, siendo un apoyo básico, para la dinamización de los procesos. Sería esencial romper con la separación artificial existente entre los diferentes departamentos y procurar una lideranza bien encauzada.

Es fundamental tener una estrecha relación con la realidad del alumnado. Siendo la acción tutorial una herramienta básica de esta propuesta. De hecho, la tutoría actúa como parte esencial del proceso educativo.

Por otro lado, esto no implica tener que realizar programas diferentes para cada alumno, sino procurar que todos se sienta incluidos en el programa. Generando un amplio nivel de logro entre las competencias básicas, con un aprendizaje dinámico, sabiendo que cada grupo llegara a distintos destinos. Esta es la base de la enseñanza personalizada.

Sobre las conclusiones, podemos recalcar que no se ha hablado de alumnado con necesidades especiales, de forma que no se es excluyente. Por último, hay que matizar el hecho de que la colaboración de la comunidad educativa es esencial.

El aspecto más interesante de esta propuesta es precisamente la intencionada omisión de los alumnos con necesidades educativas especiales. Si partimos de la premisa de la diversidad del alumnado, no se puede o no se debe, considerar “diferentes” a aquellos que no se ajusten a los modelos, aún rígidos de los planes de estudios.

Es evidente, que hoy en día, para tener una educación realmente democratizada e inclusiva hay que elaborar un entramado de coexistencia con toda la comunidad educativa. Mantener la propuesta de la coparticipación, no tomar acciones que desvinculen a ningún elemento del la comunidad educativa y romper todas las fronteras preestablecidas en el antiguo ideario educacional.

Yo estoy plenamente de acuerdo con ello, y realmente sorprendido y motivado de encontrar una educación que cada vez se parece menos a la que he vivido personalmente.

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